Tanto aquellos que son autónomos, como los que hacen su actividad por medio de una sociedad mercantil, o quienes están pensando empezar con su negocio próximamente, suelen tener algunas dudas respecto de la contabilidad.
La contabilidad, como sabemos, es fundamental para poder conocer como va nuestra empresa, así como para poder pagar correctamente los distintos impuestos a los que estamos obligados. Por eso, explicaremos un concepto fundamental como es el activo circulante.
- 1. ¿En qué consite el activo circulante?
- 1.1. ¿Qué activos son circulantes?
- 2. ¿Cómo podemos calcular nuestro activo circulante?
- 2.1. La importancia del Balance
¿En qué consite el activo circulante?
El activo circulante, también llamado muchas veces (y en ocaciones en otros países) activo corriente, es una sub-división de los activos en general que se refiere a aquellos que suelen tener una vida corta en nuestra contabilidad.
Como el nombre indica, son aquellos activos que circulan, los que se mueven rápidamente y que suelen ser líquidos de forma relativamente rápida. Por el contrario, los activos fijos (o activos no corrientes), son aquellos que suelen permanecer más tiempo en nuestra empresa.
¿Qué activos son circulantes?
El ejemplo paradigmático de activo circulante es la tesorería (o caja) que es el dinero que tenemos disponible, muchas veces en efectivo y físicamente en nuestra oficina o local. Como vemos, el dinero en efectivo, como es líquido y lo tenemos a disposición inmediatamente, es un activo circulante.
También es circulante, por supuesto, el dinero que tenemos en el banco y las mercancías que tenemos listas para ser vendidas; en una tienda de zapatos, los calzados que tengamos en el local serían parte del activo circulante.
Otro caso común de activo circulante en nuestra empresa es la cuenta de clientes, es decir, las deudas que tenemos a nuestro favor y que tienen un vencimiento cuyo plazo es de máximo un año. Aquellos créditos a más de un año no serían circulantes, sino fijos.
Como última cuestión, relacionada en este caso con impuestos, si nos sale IVA u otro impuesto a devolver, es decir que la Administración nos tiene que ingresar a nuestro favor, estos créditos fiscales también suelen ser circulantes.
¿Cómo podemos calcular nuestro activo circulante?
Para poder calcular el activo circulante correctamente debemos tener en cuenta, en primer lugar, cuales activos son de este tipo. En actividades no muy complejas será relativamente fácil, pues normalmente tendremos algo de dinero en caja, algunos créditos que nuestros clientes nos deben de pagar y algunas mercancías como hemos dicho.
Por tanto, el valor de nuestro activo circulante será, básicamente, la suma de todos estos elementos que conformen este tipo de activos en un momento determinado.
Resulta evidente, por otra parte, que conocer nuestro activo circulante es importante, porque así sabremos, entre otras cosas, de cuanto dinero disponemos para hacer gastos o pagar deudas a corto plazo.
La importancia del Balance
El Balance es un documento fundamental en la contabilidad de cualquier negocio y es allí justamente donde tendremos el activo circulante. Hacer un Balance nos permite conocer una "foto fija" de un momento concreto de nuestro negocio.
Calcular el activo en su totalidad (el circulante y el fijo), así como los pasivos y el capital, nos permiten hacernos una idea muy buena de cuanto dinero disponemos, cuantas deudas tenemos y, en general, como es la situación patrimonial de nuestro negocio.