La sociedad patrimonial es tipo de persona jurídica que por sus características puede ser muy interesante para determinados autónomos, empresarios o incluso familias que quieran gestionar su patrimonio.
Hay que tener en cuenta, como veremos a continuación, que este tipo de sociedades pueden tener una regulación que en algún caso no resultará conveniente; veremos como se utilizan este tipo de sociedades.
- 1. ¿Cuáles son las caracterísiticas de una sociedad patrimonial?
- 1.1. Requisitos para tener una sociedad patrimonial
- 1.2. Gestión de una sociedad patrimonial
- 1.3. Impuestos de la sociedad patrimonial
- 2. ¿Cuándo y para qué se utiliza una sociedad patrimonial?
- 2.1. ¿Cuándo utilizar una sociedad patrimonial?
¿Cuáles son las caracterísiticas de una sociedad patrimonial?
Las sociedades patrimoniales, o también conocidas como entidades patrimoniales, son sociedades, mercantiles o civiles, que tienen la finalidad de gestionar un patrimonio de forma exclusiva o casi exclusiva.
Se distinguen por tanto de otro tipo de sociedades porque no realizan actividades económicas. Es decir, no venden ni compran en el mercado como comerciantes, simplemente gestionan un patrimonio.
Requisitos para tener una sociedad patrimonial
Según las leyes vigentes, para que una sociedad patrimonial pueda ser considerada como tal a efectos fiscales, los activos deben de estar en un 50% o más fuera del ámbito de una actividad económica.
Normalmente, las sociedades patrimoniales tienen muchos activos fijos, pues se dedican a gestionar patrimonios que normalmente contienen bienes inmobiliarios; edificios y terrenos.
Asimismo, la sociedad patrimonial para ser tal debe de tener como socios a personas de una misma familia o no superar un total de 10 socios.
Gestión de una sociedad patrimonial
La sociedad patrimonial se debe de gestionar, jurídicamente, como cualquier sociedad; es decir debe de cumplir las normas mercantiles referentes a socios, capital, requisitos de constitución y entre otros que resulten aplicables en cada caso.
No hay que olvidar que seguirá siendo necesario llevar las cuentas contables como en cualquier empresa, así como todos los libros que sean obligatorios en cada caso.
No obstante, y como veremos a continuación, debemos de ser cuidadosos con la gestión de los impuestos si tenemos una sociedad patrimonial. Hay que recordar también, que las normas tributarias pueden cambiar mucho con el tiempo como, en efecto, han cambiado ya mucho respecto de las sociedades patrimoniales.
Impuestos de la sociedad patrimonial
Antes estas sociedades tenían un régimen especial y propio, donde pagaban por una parte de sus rentas IRPF y por otra impuesto sobre sociedades. Actualmente, y para el 2017, estas sociedades quedan sujetas al impuesto sobre sociedades.
Por tanto, les es de aplicación todas las normas de ese impuesto, cosa que conlleva por ejemplo el pago de un tipo del 25% (tipo general). Ahora, es importane conocer que a estas sociedades no se les aplicarán ciertas ventajas como las que tienen las empresas de reducida dimensión.
¿Cuándo y para qué se utiliza una sociedad patrimonial?
En tiempos pasados era quizás más común que ahora recurrir a la utilización de sociedades patrimoniales, por ejemplo para la gestión de inmuebles en el ámbito de una familia.
Hoy en día se han perdido muchas ventajas fiscales que antes se tenían con la utilización de este tipo de entidades. Por tanto, dependerá del caso concreto de cada empresario o familia si decide utilizar este tipo de sociedad.
¿Cuándo utilizar una sociedad patrimonial?
En primer cabe repetir que este puede ser un asunto delicado y dependerá de casa caso concreto; se recomienda consultar con un asesor fiscal si se piensa hacer una sociedad patrimonial.
No obstante sí se puede decir que suele ser conveniente utilizar una sociedad patrimonial cuando se tengan bienes de mucho valor; suele ser útil para empresarios o grupos familiares con muchos inmuebles o que tengan un valor importante.
Esto es así debido a que, como decíamos, estamos frente a una tributación del 25%, mientras que en el IRPF se pueden afrontar impuestos mucho más altos cuando se tienen rentas muy altas que deriven de la gestión del patrimonio familiar o personal.
