Tanto si eres un nuevo autónomo, has creado recientemente una sociedad para empezar tu actividad o ya llevas un tiempo con tu negocio, seguramente habrás visto en las facturas o en otras partes que muchas empresas ponen un SLU y no SL junto a su nombre.
Incluso algunas personas, conociendo que significan las siglas, no saben exactamente que diferencias tienen una cosa y la otra, así como sus repercuciones en distintos ámbitos empresariales.
- 1. ¿En qué se diferencia una SL de una SLU?
- 1.1. ¿Existen las SAU?
- 2. ¿Que ventajas tiene usar una u otra sociedad?
- 3. ¿Qué ventajas tiene una SLU frente a ser autónomo?
- 3.1. Otras ventajas de ser autónomo
¿En qué se diferencia una SL de una SLU?
Como sabemos, la letras SL, que suelen incluirse junto a la razón social de una sociedad, es decir junto al nombre de la empresa, significan "sociedad limitada". Por otra parte, cuando vemos SLU estaremos frente a una "sociedad limitada unipersonal".
Si bien no en todos los países se admiten las sociedades mercantiles unipersonales, en España existe esta figura que implica que la sociedad tiene un único socio. Este socio, además, puede ser el administrador único y la empresa no tener trabajadores. Por lo que puede ser una sociedad donde todo lo hace una sola persona.
Quizás es interesante saber que esta situación de SLU puede ser de origen o sobrevenida; puede ser que una sola persona constituyó la sociedad, desde un principio, existiendo un solo socio o, que por distintas razones, siendo una SL pase a ser SLU por quedar uno solo con todas las participaciones
¿Existen las SAU?
Una duda que nos puede surgir cuando vemos una SLU es la posibilidad de que exista también una sociedad anónima con un solo socio. Pues sí, efectivamente existen las SAU, que tienen la misma característica que hemos dicho; un solo socio tiene todas las acciones.
No obstante, no hablaremos demasiado al respecto pues no suelen verse mucho en nuestra vida cotidiana como empresarios. Ante todo, esto es así porque los pequeños y medianos empresarios prefieren utilizar las SL más que las SA.
¿Que ventajas tiene usar una u otra sociedad?
Para poder resaltar las distintas ventajas que puede tener una SLU o una SL, hay que tener claro que no son tipos societarios distintos; se trata de una mera situación, casi fáctica, que no hacen que estas dos sociedades tengan regímenes separados legalmente hablando.
Esto último es importante, porque quiere decir que vamos a tener que pagar el mismo impuesto de sociedades, tendremos que hacer la misma contabilidad y siguen siendo iguales, en general, todas las obligaciones formales.
La ventaja de una SLU sobre una SL, sería en principio que ese único socio tendría todo el control sobre la empresa, por lo que no dependerá de la voluntad de otros pasa hacer una u otra cosa. En cambio, la SL, seguramente nos permitirá tener más capital al existir más personas que aporten dinero a la sociedad
¿Qué ventajas tiene una SLU frente a ser autónomo?
Como vemos, en la práctica, resulta que muchas veces cuando una sola persona quiere llevar un negocio puede tener una SLU, o quedarse como autónomo. En ambos casos esa única persona tendría todo el control sobre la empresa, pero el régimen que se aplica es muy distinto
Si bien en ambos casos debemos de pagar IVA, en la SLU pagamos Impuesto de Sociedades (tipo general del 25%) y siendo autónomo el IRPF. Esto, respecto de que nos resulta más conveniente, puede resultar difícil de elegir en algún caso.
Se suele decir que si tenemos una actividad que no tiene una facturación muy grande, por ejemplo no más allá de 100.000 euros anuales, no deberíamos plantearnos ser sociedad. En los pequeños negocios suele ser mejor tributar como autónomo y no como sociedad
Otras ventajas de ser autónomo
Como regla general, suele ser mucho más sencillo darse de alta como autónomo que empezar una sociedad. En el primer caso tendremos que presentar el modelo 036 o 037, darnos de alta a la Seguridad Social y básicamente estamos listos para empezar a trabajar.
En cambio, en la SLU como sucede con cualquier sociedad, tendremos que hacer Estatutos, Escritura, acudir al notario (probablemente más de una vez para terminar los trámites) y, por supuesto, llevar una contabilidad más extensa y rigurosa.
A pesar de todo, frente a la duda, sobre todo si somos autónomos y estamos facturando mucho o queremos empezar una actividad muy grande, es mejor consultar con un asesor fiscal que nos indique que figura nos será más interesante para nuestro negocio.