Según el reglamento de facturación (Real Decreto 1619/2012), todos los empresarios, sean autónomos o tengan una sociedad mercantil, tienen la obligación de entregar facturas a sus clientes y guardar aquellas que entregan sus proveedores.
No obstante, como sabemos, existen muchos tipos de facturas que se pueden utilizar, dependiendo de nuestra actividad, los bienes o servicios que vendemos o incluso de nuestro régimen fiscal. Explicaremos a continuación los distintos tipos de facturas que existen.
- 1. Los diferentes tipos o modelos de factura en España
- 1.1. Factura simplificada
- 1.2. Factura completa
- 1.3. Factura proforma
- 1.4. Factura rectificativa o de abono
- 1.5. Factura recapitulativa
- 1.6. Factura electrónica
Los diferentes tipos o modelos de factura en España
Antes de especificar las diferencias entre los distintos tipos de facturas que hay, debemos de tener en cuenta que hay algunos datos que suelen estar en todas las facturas que hacemos y recibimos.
Lo más normal es que nuestras facturas incluyan, como mínimo, el nombre de la persona que la emite (el vendedor del bien o quien presta el servicio), el precio, el IVA en su caso, fecha de emisión y una descripción del producto o servicio del que se trate.
Factura simplificada
La factura simplificada es uno de los tipos de facturas más comunes, sobre todo en pequeños negocios y minoristas. No debe de tener tanta información como la completa (que veremos a continuación) y por tanto es más sencilla de hacer.
Uno de los requisitos más importantes para usar este tipo de factura es que el bien o servicio que vendamos no exceda los 400 euros (3000 en ventas al por menor y en algunos otros casos) o que estemos haciendo una factura rectificativa.
Factura completa
La factura completa es ese tipo de factura que incluye una mayor cantidad de datos, como decíamos, y que por tanto exige un poco más de cuidado al hacerla. Se usa cuando no podamos emitir la factura simplificada.
No obsante, se mantiene la no obligación de hacer la factura completa, así como en la simplificada, cuando hacemos operaciones que están exentas o no sujetas al IVA como regla general.
Esta factura también suele recibir el nombre de factura ordinaria, por lo que no debemos de confundirnos pensando que en realidad se trata de dos tipos de facturas distintos
Factura proforma
Una factura proforma no es una factura como tal, al menos a efectos legales. Se trata de una propuesta o borrador de factura que emitimos a nuestros clientes para que sepan como será la misma antes de hacer la venta.
Este tipo de factura se usa, como podemos imaginar, antes de cerrar una venta o una compra a nuestros proveedores. En el caso de no hacer finalmente la operación, la factura proforma no tiene ningún efecto.
Factura rectificativa o de abono
La factura rectificativa es aquella que debemos de usar cuando hemos cometido algún tipo de error en alguna factura ya emitida. Asimismo, si nuestros proveedores nos dan una factura incorrecta, podemos pedirles que nos hagan una factura rectificativa.
Los errores que se pueden cometer en una factura normalmente son aplicar incorrectamente del tipo de IVA (por ejemplo poner 10% en lugar de 21%) o que en ella esté un producto que no es el que realmente debería estar.
Factura recapitulativa
La factura recapitulativa es un tipo de factura que nos permite simplificar un poco la carga de trabajo cuando hacemos varias operaciones con una misma persona en un corto plazo de tiempo.
En concreto, esta factura la podemos usar para incluir ventas hechas en días distintos en una sola factura, siempre que sea con el mismo cliente y que se haga con operaciones que sean de un mismo mes.
Factura electrónica
Finalmente, la factura electrónica es un tipo de factura relativamente reciente que nos permite hacer, como su nombre nos indica, la facturación con los clientes por medio de internet. Esta factura tendra los mismo efectos legales que el resto de facturas.
Utilizar facturas electrónicas y no en papel, puede resultar más cómodo tanto para el que emite la factura como para el que la recibe. También nos permite ahorrarnos los costes de la impresión.