Los empresarios, autónomos y administradores de sociedades, deben de conocer aunque sea elementos básicos de la contabilidad. Entender como funcionan conceptos como el criterio de caja, es importante, además, en materia de impuestos.
Es probable que ya sepas lo que es el criterio de caja, o por lo menos tengas una idea de que se trata. En este artículo, vamos a profundizar un poco en que consiste exactamente el criterio de caja y como se utiliza.
- 1. ¿En qué consiste el criterio de caja?
- 1.1. Ventajas del criterio de caja
- 1.2. Desventajas del criterio de caja
- 2. ¿Cómo y cuándo debo usar el criterio de caja en mi facturación?
- 2.1. Criterio de caja en personas físicas
- 2.2. Criterio de caja en sociedades
¿En qué consiste el criterio de caja?
El criterio de caja es un método de registro, o imputación, de ingresos y gastos que nos obliga a reflejar en la contabilidad una operación cuando se cobra o se paga. Como sabemos, normalmente se utiliza el criterio de devengo y no el de caja.
El criterio de devengo, que como decimos suele ser el más común, nos obliga a registrar las operaciones en nuestra empresa cuando se hacen, sin importar cuando realmente pagamos (o nos pagan) el dinero de esa operación.
Recuerda que, en todo caso, el criterio por regla general es este último y no el criterio de caja. Para utilizar el criterio de caja tendrás que estar en alguno de los supuestos que explicaremos más adelante
Ventajas del criterio de caja
Una importante ventaja de usar el criterio de caja (cuando está permitido usarlo), es que cuando se trata de pagar deudas pendientes, al no tener que registrar hasta que las pagamos, nuestra contabilidad tendrá una apariencia más sana.
Otra ventaja, y esta es muy interesante respecto del IVA, es que no debemos de adelantar impuestos que no hemos cobrado. Como sabes, el IVA lo tienes que pagar a la Hacienda sin importar si realmente cobraste a tus clientes.
Desventajas del criterio de caja
El gran problema del criterio de caja es la otra cara de la moneda de la ventaja que tiene respecto del IVA. No tendrás que pagar el IVA que no has cobrado, pero tampoco te podrás deducir IVA si no has pagado a tus proveedores.
Dependerá de tu actividad si te conviene, o no, el criterio de caja para el IVA; si tu empresa no soporta mucho IVA deducible, la desventaja principal de este criterio quizás no te afecte mucho.
Otro problema que tiene el criterio de caja es que puede complicar un poco la carga administrativa o de gestión de nuestra empresa; se requiere un mayor control de los movimientos de cobros y pagos.
¿Cómo y cuándo debo usar el criterio de caja en mi facturación?
Como decíamos antes, el criterio de devengo, y no el de caja, es el que se suele usar principalmente tanto en el caso de autónomos como en las sociedades mercantiles. Por tanto, habrán solo algunos casos concretos donde podamos utilizar el criterio de caja.
Criterio de caja en personas físicas
En el caso de las personas físicas, si no tienen que llevar contabilidad según el Código de Comercio, pueden utilizar el criterio de caja en el IRPF. No obstante, si se toma esa opción, se debe de mantener por tres años.
Los autónomos también pueden usar el criterio de caja en el IVA, siempre que su facturación no supere los 2 millones de euros anuales. Si quieres usar el criterio de caja en el IVA, debes de marcarlo en el modelo 036 o 037 tanto si eres nuevo autónomo como si te quieres cambiar de régimen de IVA.
Criterio de caja en sociedades
Las sociedades que hacen actividades mercantiles, es decir aquellas que tributan por el impuesto de sociedades, también pueden usar en algún caso el criterio de caja a efectos justamente de ese impuesto.
Nos referimos al caso de las operciones aplazadas, que son aquellas que desde el momento que nace y el momento que se cobra pasa por lo menos un año; a estas operaciones se les puede aplicar el criterio de caja.