Ana
En muchos casos nos podemos encontrar ante situaciones de impago de una factura en el ámbito de nuestro negocio. Estas situaciones pueden, incluso, llegar a perjudicar nuestra liquidez.
Es por eso que resulta fundamental saber cómo actuar cuando un cliente no nos paga una factura. Veremos en este artículo qué podemos hacer y cómo podemos evitar, en la medida de lo posible, que lleguemos a este tipo de situaciones.
- 1. Qué hacer ante una factura impagada
- 1.1. Reclamar por vías pacíficas
- 1.2. Optar por las vías judiciales
- 2. Cómo evitar las situaciones de impago
- 2.1. Ser selectivos con los clientes
- 2.2. Dar facilidades al cliente
Qué hacer ante una factura impagada
Cuando, llegado el término del plazo para pagar una factura, nuestro cliente no nos paga, lo primero que pensamos es en reclamar la factura. Eviidentemente lo mejor que podemos hacer, antes de tomar cualquier otro tipo de medida, es tratar de llevar las cosas de la forma más pacífica y profesional posible.
Hay que tener en cuenta que reclamar facturas de forma muy agresiva o de forma muy contundente sin antes intentar otros métodos, podemos llegar a perjudicar la imagen de nuestra empresa. A continuación comentaremos, más en profundidad, las opciones que tenemos cuando una factura está impagada.
Reclamar por vías pacíficas
Lo más común es recordar al cliente que la factura debe de ser pagada por medio de correo electrónico; si lo concideramos necesario, podemos remitir un correo incluso antes de que termine el plazo de pago. Si este correo no es contestado o, si el cliente no paga incluso después de decir que lo haría, podemos empezar a llamar por teléfono.
Hay que tener en cuenta, por otra parte, que las normas de protección de consumidores y usuarios protegen a los clientes ante conductas abusivas de los empresarios. Las llamadas que hagamos para reclamar una factura impagada deben de hacerse en horarios de oficina y sin llegar al acoso.
Optar por las vías judiciales
Las facturas impagadas se pueden reclamar por medio de un procedimiento civil especial llamado "monitorio". Este tipo de procedimientos se pueden llevar a cabo, incluso, sin la necesidad de tener la asistencia de un procurador o abogado. En todo caso siempre es recomendable consultar con un abogado, aunque no sea necesario.
Si queremos llevar una factura impagada a un juzgado de lo civil, podemos obtener un modelo normalizado para los procedimientos monitorios en el propio juzgado. En el proceso, a la hora de presentar la reclamación judicial, tendremos que adjuntar la factura para que el juez la valore y, si todo va bien, la ejecute (por ejemplo una factura simplificada)
Cómo evitar las situaciones de impago
Si bien las facturas impagadas pueden ser algo común en cualquier tipo de negocio, sobre todo aquellos en donde se ofrecen pagos a plazo, siempre podemos encontrar formas de evitar llegar a este tipo de situaciones. Ahora bien, es evidente que los negocios que venden productos de forma abierta al público no suelen tener este problema, pues las facturas se pagan de forma inmediata al comprar.
Por otra parte, es necesario destacar que los consejos que daremos tienen bastante margen de error, pues en muchos casos es imposible saber si el cliente nos pagará o no antes de venderle algo. Puede pasar, además, que el propio cliente tenga un problema de liquidez sobrevenido, o si es una empresa que su tesorería vaya mal posteriormente.
Ser selectivos con los clientes
No todas las empresas se pueden permitir el lujo de ser selectivos a la hora de contratar con determinados clientes. Sin embargo, es muy cierto que una factura impagada y sin posibilidad aparente de ser cobrada es una pérdida que se notará en la contabilidad de nuestra empresa.
Hay profesionales autónomos, como los abogados por ejemplo, que sí pueden tener una mejor perspectiva de la liquidez de sus clientes, aunque esto tampoco es siempre evidente. En la medida de lo posible, no obstante, debemos de tratar de conocer a nuestro cliente antes de vender, sobre todo cuando sea una venta por cantidades muy altas.
Dar facilidades al cliente
Otro método consiste en ser un poco más flexibles desde el comienzo. Si tenemos la posibilidad de negociar con los clientes los plazos o condiciones del pago de las facturas que les emitimos, podemos conversar con ellos para establecer condiciones que sepamos que ellos podrán cumplir.
Si hacemos operaciones de esta manera suele ser menos probable que lleguemos a situaciones de impago, que luego terminen en incómodas reclamaciones judiciales o conflictos extrajudiciales con el cliente que nos debe dinero.
