La correcta gestión de los recursos humanos de una empresa es una preocupación habitual de muchas PYMES; aquí podemos incluir, incluso, a aquellos profesionales autónomos que también contratan a trabajadores o externalizan el trabajo.
En este artículo veremos qué ventajas existen en contratar a autónomos, y no trabajadores en el régimen general de la seguridad social, así como los problemas o desventajas que existen en hacer las contrataciones de esta forma.
- 1. Formas habituales de contratar
- 1.1. La externalización del trabajo
- 1.2. El falso trabajador autónomo
- 2. Contratar trabajadores autónomos
- 2.1. Ventajas de contratar autónomos
- 2.2. Desventajas de contratar autónomos
Formas habituales de contratar
Desde la contratación por tiempo indefinido, pasando por el contrato de formación y por los contratos temporales, hay muchas formas de contratar trabajadores para nuestra empresa. Todos estos contratos, no obstante, están enmarcados en el régimen general de la seguridad social, teniendo en muchos casos obligaciones con la seguridad social parecidas.
Cuando se contrata a un autónomo, por otra parte, no estamos ante contratos de trabajo como tal. Desde una perspectiva jurídica, realmente estamos ante un contrato civil (o mercantil) de servicios (por ejemplo un contrato de obra y servicio). Esta situación, como no puede ser de otra forma, implica unas peculiaridades que veremos más adelante.
La externalización del trabajo
No necesariamente todo el trabajo que debemos de realizar en un negocio se debe de hacer dentro del mismo. Muchas veces es habitual ver que el trabajo se externaliza, desplazando la carga de ese trabajo a otros autónomos e incluso a otras empresas que puedan dar esos servicios.
Hay muchas razones por las que nos puede interesar externalizar el trabajo; en algunos casos hay empresas que no tienen los recursos suficientes para hacer una tarea (por ejemplo un máquina costosa, aunque siempre se puede acudir al leasing) o la falta de personal cualificado.
El falso trabajador autónomo
Cuándo queramos contratar a un autónomo para que haga un trabajo en nuestra empresa, debemos de tener cuidado en no incurrir en la figura del falso autónomo. Como sabemos, esta situación se da cuando el autónomo es realmente un trabajador, en situación de absoluta dependencia, pero que no está dado de alta por medio del régimen general de la seguridad social.
Hacer este tipo de cosas puede implicar un fraude contra la administración de la seguridad social. Asimismo, ante una inspección de trabajo que ponga de manifiesto esta situación, podríamos vernos obligados a afrontar sanciones económicas si se pone de manifiesto que estamos incurriendo en este fraude laboral.
Contratar trabajadores autónomos
Siempre que no estemos dentro de la figura del falso autónomo que acabamos de comentar, contratar autónomos para que nos ayuden a realizar determinadas tareas en nuestra empresa puede ser unna gran idea. Como veremos existen algunas ventajas interesantes a tener en cuenta.
No obstante, la contratación de autónomos y no de trabajadores por cuenta ajena puede también presentar algunas desventajas. En muchos casos, la pertinencia o no de una u otra forma de contratar dependerá del negocio del que se trate y de su facturación.
Ventajas de contratar autónomos
Una de las ventajas más interesantes que muchos empresarios tienen en cuenta a la hora de contratar autónomos es la reducción de ciertos costes. No existirán las típicas obligaciones con la seguridad social que vemos en el caso de contratar trabajadores que están en el régimen general de la seguridad social.
Asimismo, cuando contratamos autónomos existe una mayor flexibilidad laboral y una mayor libertad a la hora de pactar retribuciones y otras condiciones. En los contratos entre empresas y autónomos no rigen, en principio, las normas de derecho laboral, sino las civiles y mercantiles como hemos dicho. La terminación del contrato, por tanto, suele ser mucho más sencilla para ambas partes.
Desventajas de contratar autónomos
Existen algunos problemas a la hora de contratar autónomos. El primero es por supuesto aquel que ya hemos dicho: que la administración entienda que existe un fraude. En muchos casos es difícil definir los criterios de dirección, retribución y otros utilizados para saber si el autónomo es o no realmente un trabajador contratado de forma fraudulenta.
Otro problema que tiene el autónomo es que en muchos casos no tenemos demasiado control sobre su trabajo. Si este es un profesional independiente que nos realiza algún trabajo, realmente no tenemos ningún poder de control sobre él; es como si nos estuvieran vendiendo un servicio, y por tanto no actúa como un trabajador que acata órdenes.