Hay muchas personas que tienen como una de sus metas crear su propio negocio, o incluso emprender en un proyecto tipo startup; hacerlo bien, no obstante, puede resultar complicado, o incluso en un fracaso, si no se toman las medidas adecuadas.
Más allá del tipo de negocio que vayamos a emprender, hay algunos errores típicos, y que se ven muy a menudo, que debemos de intentar evitar en todo caso. En este artículo hablaremos de esos errores habituales para que los puedas tener en cuenta.
- 1. Errores a evitar en nuestro negocio o startup
- 1.1. 1. Buscar demasiados socios o socios no adecuados
- 1.2. 2. Emprender el negocio sin un fondo de maniobra
- 1.3. 3. Centrarse en detalles y olvidarse de vender
- 1.4. 4. Tener una mala gestión del negocio
- 1.5. 5. Malgastar nuestro beneficio cuando aumentamos nuestra facturación
Errores a evitar en nuestro negocio o startup
Antes de hacer un negocio, una de las cosas más importantes es tener una idea de negocio rentable, y que pueda generar márgenes de beneficio que resulten atractivos para emprender. Tener un negocio propio es para muchos un sueño, pero, si no se hace correctamente o la idea no es lo suficientemente buena, se puede convertir en un auténtico dolor de cabeza.
Es importante saber, por otra parte, que no necesariamente hace falta montar un negocio tecnológico o que involucre nuevas tecnologías para tener éxito. Hay modelos de negocios relativamente antiguos que pueden funcionar de maravilla, siempre que estén bien ejecutados. En todo caso, lo que es realmente importante es que podamos tener algún elemento que nos distinga claramente de la competencia. Hay que plantearse qué hacer para que los clientes se decidan por nosotros antes que por otras empresas de la competencia.
1. Buscar demasiados socios o socios no adecuados
Uno de los primeros errores que pueden aparecer, y que es un problema que se suele generar incluso antes de iniciar la actividad de nuestra nueva empresa, es buscar demasiados socios o decantarnos por personas que realmente no son las adecuadas para la empresa que estamos planteando. Hay que saber muy bien cómo buscar socios para nuestro negocio, teniendo en cuenta las características concretas que necesitamos para que estos realmente aporten algo.
Otro problema habitual, y que acabamos de mencionar, es el hecho de tener demasiados socios. Esto a veces pasa cuando no tenemos suficiente financiación y simplemente buscamos a mucha gente para que contribuyan con recursos propios y arrancar así con la actividad. Hay que tener cuidado pues, más allá del negocio que sea, tener demasiados socios dificulta mucho la toma de decisiones y aumenta las posibilidades de tener discrepancias con otras personas que también dirigen la empresa.
2. Emprender el negocio sin un fondo de maniobra
Incluso aunque podamos encontrar financiación suficiente para emprender la actividad, por ejemplo, por medio de un business angel, esto no quiere decir que el negocio tiene los recursos suficientes. Cierto es que hace falta una serie de recursos económicos para financiar el inicio de la actividad, pero también hay que tener cierto fondo de maniobra; este error es, desgraciadamente, relativamente común, y tiene que ver con una mala planificación financiera.
Cuando iniciamos una actividad lo normal es tener una enorme cantidad de gastos corrientes, o a corto plazo, que normalmente superan en gran medida los ingresos que tenemos. Esto en sí mismo no es algo malo, ni un síntoma de que algo vaya mal, pues aún no hemos conseguido los clientes que queremos. Ahora bien, si no tenemos un fondo de maniobra suficiente, la empresa puede fracasar antes de empezar realmente a funcionar, básicamente por falta de recursos para afrontar los gastos.
3. Centrarse en detalles y olvidarse de vender
Ser perfeccionista y tratar de ofrecer productos o servicios de alta calidad es algo que no todos los empresarios hacen y, sin lugar a duda, es síntoma de que somos buenos emprendedores. Sin embargo, hay gente que se enfoca demasiado en pequeñas cosas, que realmente no tienen demasiada (o ninguna) importancia, y pierden el rumbo respecto de lo verdaderamente importante: vender.
En ese sentido, lo que debemos de intentar es buscar cierto balance, como sucede con casi todas las cosas. Este error, en muchos casos, está relacionado a otro que ya mencionamos, y es tener demasiados socios. Entre más personas tienen que tomar las decisiones, más fácil es caer en discusiones o debates insustanciales, y que nos hacen olvidar nuestra mayor prioridad, que debe de ser aumentar lo más posible la facturación de nuestra empresa.
4. Tener una mala gestión del negocio
Otro error muy común, y que resulta un poco irónico respecto del que acabamos de comentar, es tener una mala o deficiente gestión de la empresa. Si nos enfocamos única y exclusivamente en vender, y desatendemos la parte de gestión interna de nuestra empresa, corremos el riesgo de perder el control de la empresa. Debemos tener un buen control de la contabilidad, facturación, ingresos y gastos, impuestos y demás cuestiones que afectan a cualquier negocio.
Para aliviar la carga de trabajo y mejorar la eficacia de nuestra gestión administrativa interna, podemos valernos de distintos programas informáticos. Factura2, por ejemplo, es una buena solución para tener perfectamente bajo control la facturación de nuestra empresa. Un buen software que pueda ser específico de nuestra actividad, pueden resultar asimismo muy útiles.
5. Malgastar nuestro beneficio cuando aumentamos nuestra facturación
Finalmente llegamos al clásico error de aquellas empresas o startup que ya empiezan a ir bien: malgastar los beneficios de nuestro negocio, ya sea en cosas personales (como viajes, un coche nuevo o asumir una hipoteca de una segunda vivienda) o comprando cosas para nuestra empresa que realmente no necesitamos (renovar ordenadores sin que haga falta, dar móviles de empresa a los empleados u otros gastos que realmente son totalmente inútiles).
Incluso en el caso de estar ganando bastante, por tener muy buenos niveles de facturación, puede llevar nuestra empresa a la ruina, sobre todo si, de repente, las cosas dejan de ir tan bien. Lo prudente es ahorrar para poder soportar malas rachas y, por otra parte, invertir en hacer nuevas ramas de actividad. Si tenemos recursos suficientes, asimismo, es recomendable acudir lo menos posible a vías de financiación externa como puede ser solicitar un crédito bancario; los intereses no suelen ser buenos aliados de unas financias depuradas.