Muchas personas creen que los estudios de mercados son análisis que se limitan al ámbito de las grandes empresas y las multinacionales. Esto, no obstante, no es necesariamente así; las PYMEs y los autónomos también los pueden hacer.
Es por ello que, a lo largo de este artículo, veremos cómo se pueden hacer estudios de mercado que favorezcan la actividad empresarial de los pequeños negocios. Hay que mencionar, además, por qué es tan importante un estudio de este tipo.
- 1. La importancia de un buen estudio de mercado
- 1.1. Conocer a los potenciales clientes
- 1.2. Identificar a la competencia
- 2. Cómo hacer un estudio de mercado
- 2.1. Recopilar datos de los clientes
- 2.2. Analizar al información
La importancia de un buen estudio de mercado
Ya sea porque queremos hacer alguna actividad compleja, como expandir un negocio al extranjero, o simplemente queremos iniciar nuestra actividad como pequeña empresa, la planificación es algo fundamental. En ese sentido, emprender cualquier negocio sin conocer el mercado al que nos enfrentamos es una muy mala idea.
Son muchas las ventajas que nos aporta un estudio de mercado; incluso existen empresas que están especialmente dedicadas a asesorar a otras en sus estudios del mercado que los rodea. Por las razones que daremos a continuación, hacer un estudio de mercado puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso empresarial.
Conocer a los potenciales clientes
Resulta evidente que no podremos vender nada, productos y peor servicios, si no conocemos a las personas a las que les queremos ofrecer nuestro trabajo. Un asesor fiscal, por ejemplo, debe de saber que tipo de empresas o personas podrían necesitar sus servicios y así saber cómo ofrecerlos para que sean atractivos.
Asimismo, nunca viene mal saber cómo piensan las personas que van a adquirir nuestros productos de servicios. Debemos de preguntarnos qué buscan estas personas, a qué precios y qué ofrece la competencia. Esto último, conocer a nuestros competidores, es asimismo fundamental.
Identificar a la competencia
Saber quienes son las personas o empresas que ofrecen nuestros productos o servicios es importante. Si queremos competir, más allá de rebajar los precios, debemos de saber cuales son las debilidades de estas personas y cuales son nuestras fortalezas. Hay muchos ánalisis, como el DAFO, que nos permiten hacer esto.
La importancia de conocer a la competencia está justamente allí, en saber cómo se relaciona ese empresario con los clientes que nosotros queremos captar. Si no conocemos como ejerce la competencia su trabajo, difícilmente sabremos cómo hacerlo nosotros mejor; si eso sucede nuestros productos o servicios no serán atractivos.
Cómo hacer un estudio de mercado
Más allá de cuestiones demasiado técnicas (como decíamos hay empresas dedicadas especialmente a esto) los estudios de mercado deben de tener unas cuantas cuestiones mínimas para poder considerar que son suficientemente informativos como para tomar decisiones.
Debemos de investigar y buscar información sobre el mercado, analizar esos datos de forma acertada y finalmente diseñar una estrategia para poder competir. Esto último se suele plantear, normalmente, en el plan de negocios de nuestra empresa. Daremos algunas pautas, sobre todo, acerca de como recopilar información.
Recopilar datos de los clientes
Las encuestas son unos de los métodos más conocidos a la hora de realizar estudios de mercado que nos indiquen los comportamientos y preferencias de los clientes. Hay muchas empresas, incluso, que se dedican a vender o hacer encuestas de forma concreta para sectores empresariales.
No obstante, las pequeñas empresas normalmente no suelen tener la liquidez suficiente como para afrontar este tipo de estudios; en estos casos siempre podemos plantear encuestas en las redes sociales de nuestra empresa, por correo electrónico o incluso analizar tendencias que sean públicamente conocidas.
Analizar al información
Un estudio de mercado no sería tal si no dedicaramos un tiempo a estudiar la información que hemos logrado captar, independientemente de la fuente de esa información siempre que sea válida y confiable. A esta labor de análisis hay que prestarle mucha atención y no hacerla con prejuicios; debemos de estudiar los datos de forma racional.
En muchos casos la información que tenemos puede que no sea suficiente, pero en todo caso siempre podemos ir formando una idea acerca de qué quiere o qué busca el cliente; nuestra actividad empresarial demostrará si nuestros estudios han sido acertados o no. En todo caso, siempre es buena idea guardar la información porque con el transcurrir de los años también podemos sacar conclusiones sobre las tendencias de los potenciales clientes.