Todos los empresarios, y de manera muy intensa los autónomos que tienen márgenes de beneficio estrechos, buscan la forma de poder ahorrar en algunos costes como pueden ser el consumo de energía o los impuestos.
La desgravación fiscal, en los casos en donde está permitida, nos facilita el ahorrar ciertas cantidades de dinero que, vistas desde una perspectiva global, pueden ser importantes.
- 1. En qué consiste la desgravación
- 1.1. Gastos que podemos desgravar
- 1.2. Autónomos que trabajan en casa
- 2. Cómo desgravar los gastos
- 2.1. Justificar los gastos desgravables
En qué consiste la desgravación
La desgravación hace referencia a aquellos gastos que tiene un autónomo, o empresa en general (incluso entidades como sociedades patrimoniales), que pueden restarse al cómputo de los impuestos que estamos obligados a pagar. En el caso de los autónomos, esto se da sobre todo en el IRPF.
Saber que gastos se pueden desgravar, con que límites si los hay, y cuales no, es muy importante a la hora de hacer nuestras declaraciones de impuestos. Siempre es buena idea intentar maximizar los beneficios ahorrando costes que podemos evitar de forma absolutamente legal.
Gastos que podemos desgravar
Dicho de una forma muy general, los autónomos pueden desgravar del IRPF aquellos gastos que estén directamente relacionados con la operación de sus negocios. No obstante hay que tener en cuenta que concepetos, en concreto, podemos usar como método para desgravar.
Las dietas que se hacen en viajes (siempre que sea viajes profesionales), el coste de la gasolina en el vehículo que usamos para el trabajo, las facturas del móvil y del internet de una oficina, gastos de asesoría, las cuotas de autónomo, entre otros, son gastos que comúnmente se aceptan como desgravables por parte de los empresarios.
En casos dudosos siempre se puede consultar con un asesor fiscal, o con una gestoría de confianza, para que nos indique si alguna cosa en concreto, sobre la que tenemos dudas, se puede desgravar.
Autónomos que trabajan en casa
Aquellas personas, normalmente autónomos, que hacen su trabajo desde casa tienen que estar tranquilos; también se pueden desgravar, en estos casos, los gastos de internet y suministros siempre que nuestra vivienda se le de ese uso de "oficina" además de ser el lugar donde vivimos.
Sin embargo, hay límites que están relacionados con el espacio físico de la vivienda que se usa para la actividad. Así, si tenemos una vivienda de 100 metros cuadrados y se utiliza una habitación de 20 metros, podremos desgravar el 20% de los gastos de internet, luz, agua, etc. En todo caso, la administración podría comprobar esta situación si cree que se está haciendo algo abusivo.
Cómo desgravar los gastos
Si bien es importante saber que gastos se pueden desgravar, es igualmente necesario conocer como podemos hacer para efectivamente ahorrarnos dinero a la hora de pagar el IRPF.
Evidentemente, las cosas que vamos a desgravar se tienen que manifestar a la administración en el momento que hacemos el modelo de declaración pertinente en las fechas señaladas para ello. Hay que tener claro que estos gastos que desgravamos deben de estar justificados.
Justificar los gastos desgravables
Para poder jusitificar los gastos que vamos a desgravar en nuestras declaraciones de impuestos hace falta, ante todo, tener las facturas o tickets de los gastos que queramos desgravar. De esta forma, una factura de agua o de luz, por ejemplo, es suficiente justificación para poder desgravar el monto de esa factura.
Es importante, por ello, guardar todas las facturas que tengamos de nuestros proveedores (todas las facturas que representan nuestros gastos). Incluso en algunos casos, cuando creemos que estos gastos no se pueden desgravar, podemos descubrir que en efecto sí se pueden descontar. Por ello, no hay que perder nunca las facturas que recibimos y siempre pedirlas si por alguna razón no nos entregan una al hacer un gasto.